Visitar la casona histórica del museo es realizar un viaje en el tiempo, implica trasladarse a la Costa Rica campesina cafetalera de finales del siglo XIX e inicios del XX. Declarada patrimonio nacional en 1990, este inmueble construido en bahareque alberga una colección permanente sobre espacios y objetos que remiten a un entorno familiar cafetalero. La colección se organiza por espacios cotidianos como la cocina comedora, la sala, el corredor y los cuartos que ambientan la cotidianidad de integrantes de familias de la época, como la abuela, los padres y los hijos. La exposición se nutre de objetos propios del período como sillones de mimbre, baúles, remedios tradiciones, máquina de coser, armarios, entre otros.
Es importante mencionar que la visita a este inmueble también significa conocer uno de los inmuebles que perteneciera durante parte del siglo XX a la familia del expresidente Alfredo González Flores. Justamente hablar de la casona implica los nombres de Domingo González Pérez, Elemberta Flores Zamora, padres del expresidente, así como de Rubén González Flores, hermano menor de don Alfredo, de Rafael Valerio, estimado capataz y cuidador de la finca El Pedregal, nombre que tenía la propiedad donde se situaba la casona.




